miércoles, 16 de marzo de 2011

El Rincón Sombrío

 Es ahí donde mi alma se esconde, donde huyo de un mundo que me atormenta, que me asfixia cada día matando mis sueños y esperanzas.
Sufro por el paso del tiempo y los momentos perdidos, por aquello que una vez fué y ya no más.
La energía, la fuerza, el empuje que me hacia ser quién soy se ha desvanecido dejando solo tristeza y dolor.
¿No hay nadie que pueda arrancarme de este rincón sombrío? ¿Alguién que me saqué de aquí y me lleve adonde la luz brilla, al palacio de cristal, donde se consiguen los sueños y anhelos del corazón?
Espero en vano y nadie llega, el caballero de brillante armadura fué interceptado por el dragón oscuro de la soledad, dejandome prisionera en el rincón sombrío sin posibilidad de poder escapar por mis propios medios, atemorizada de pensar que siempre viviré en la penumbra y que no gozaré de la cálidez de una mano amiga que este conmigo.
Pero... ¡Espera! ¿Qué es esta voz que escucho? Pronuncia mi nombre varias veces. Escucho sus pasos en la habitación. ¡Espera! Quién quiera que seas... ¡Espera! No te vayas aún, dejame alcanzarte.
Ahí... ahí está. ¡Lo veo! Frente a mis ojos, se iergue su figura. Temerosa de sea un sueño, una ilusión de mis desvaríos, me levanto y comienzo a acercarme a él... cuándo veo que se voltea lentamente y me ilumina con la luz de su sonrisa.
Es mi caballero de brillante armadura, aquel que venció al dragón oscuro de la soledad. Me tiende su mano mientras me dice:
-¡Ahí estás! Hace rato que te busco. ¿Por qué estas sola en la penumbra, en vez de estar conmigo?
Sonreí sin decir porque, mis brazos rodearon su cuello, los suyos rodearon mi cintura. Sentí cómo si las penas se hubieran marchado y miré de reojo el rincón sombrío, las ví allí, escondidas, apiñuscadas, huyendo de esa luz que había venido a rescatarme, pero quedándose ahí, ocultas en el rincón sombrío.

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